Llena de energía {libre}

La noche le da un aspecto tétrico a este bosque. Nunca he estado aquí de día, pero supongo que no se verá así a la luz del Sol. Tan... espectral.
La luna y las estrellas, dibujan sombras fantasmales de ramas y troncos. Cualquier humano en mi lugar se habría muerto de miedo.
Pero yo... yo no soy una humana. El bosque me parece tétrico, pero lo veo de forma más objetiva, y encuentro el lugar más propicio a la... tranquilidad.
Las ramas de los árboles insinúan canciones al chocar unas hojas con las otras, mecidas por el viento. El ulular interrumpido de un búho parece querer seguir el compás.
Esta noche me siento vibrante de energía. No tengo ningún porqué lógico para estar en este bosque, ni siquiera para haber venido a esta ciudad. Y continuando con mis sinporqués... hecho a correr. Y me echo a reír como una tonta. Suerte que no hay nadie por aquí, creerían que estoy loca o algo parecido.
De pronto huelo la sangre de algún animal. Un... ¿puma? ¿Podría ser? Sonrío satisfecha. No me gusta demasiado la sangre de animales... Pero lo cierto es que cazar a un animal resulta más satisfactorio que cazar a un humano -crédulo, ingenuo y estúpido-. Y más aún si es tan veloz como un puma.
Eché a correr tras el animal y este, presintiendo el peligro, hizo lo propio y corrió en dirección contraria a mí. Yo, resbosante de vitalidad, no tardo en alcanzarlo. Pero de pronto otro olor me distrae y la presa se escapa. Está enfrente mío, observando cómo un simple animal de ma esquinazo. ¿Quién es el espectador de mi caza?

El espectador era un vampiro, por supuesto. Y vegetariano, cómo no. Después de todo, ¿no son los vampiros vegetarianos los que se alimentan de animales? Y sin embargo aquí estaba yo, persiguiendo pumas. Ya ves. O el mundo es muy extraño, o quizá la rara sea yo. En fin.
- Buenas noches -saludé con cortesía burlona, levantando una ceja-. ¿De caza? -indagué, lo cual sería lo más probable en estas circunstancias.

Revisé de arriba a abajo al vampiro. Se le veía atractivo, y estaba aburrida, así que hablar con él era lo mejor que podía hacer ahora.
- Soy Kimara Hollow -me presenté mientras escalaba rápidamente a una de las ramas de un árbol y le observaba desde ahí.

¿Había dicho Cullen? Vaya, ya en alguna ocasión había tratado con ese aquelarre, cuando formaba parte de los Volturi. Por lo visto el aquelarre había ido aumentando. Qué interesante. Aunque claro, encajaba que fuera un Cullen, después de todo, ¿no era este su territorio?
- Un placer -me limité a contestar.

- Pues... -la verdad, no lo sabía. Bueno, miento, en realidad sí lo sabía, pero no es la clase de explicación que se le suele dar a un desconocido. Y más aún en mi caso, no es ni siquiera una explicación decente para darle a... nadie-, [color=cyan]No lo sétí-. [color=cyan]Hacía mucho que no venía por aquí. La sangre animal no me gusta, pero cazar pumas resulta más interesante que cazar humanos -dije.

Sonreí ante su desconfianza. Era increíble lo acostumbrada que estaba a que desconfiaran de mí. Desde luego, mi larga estancia con los Volturi me enseñó a acostumbrarme a muchas cosas extrañas.
Perdí mi mirada en el firmamento.
- Esconderme. Huir -respondí inconscientemente. Sí, de alguna manera era eso lo que buscaba aquí. Desaparecer del mundo para siempre. Quizá eso fuera más sencillo jugando un rato con los Volturi, o incluso los rumanos. Pero no. Yo estaba por encima de esas estupideces suicidas.

Sonreí ante la curiosidad del muchacho.
- Haces demasiadas preguntas, ¿no crees? -aunque responderle así también era una manera de evadirme de su última pregunta.