Solicitando audiencia {Libre a la realeza y la guardia rumana}

Había llegado. Por fin. Rumanía. Nunca había estado en este país... O por lo menos nunca desde donde me llega la memoria.
Me había pasado todo el viaje pensando en él. Demetri. Aunque no agradablemente, desde luego. No puedo dormir, pero si pudiera pasaría mis mejores sueños imaginándomelo viejo y feo, suplicándome perdón. Pero habría sido sólo sueños. Yo quería verle entre la espada y la pared, con el miedo pintado en su rostro, y la súplica dibujada en sus palabras llenas de horror.
Por eso había venido aquí. Los rumanos habían derrocado a los Vulturis. Aunque ya les habían humillado suficiente, quería tener el suficiente poder para matarlo con mis propias manos.
No dudé en acercarme a una chiquita que andaba haciendo de recepcionista. ¿Qué les pasa a todos los reyes vampíricos que les va eso de tener recepcionistas? Suspiré y me encogí de hombros. A cada uno lo suyo, pensé.
- Bienvenida al Castillo de Drácula, señorita. ¿Puedo ayudarla en algo? -me preguntó amablemente la recepcionista.
- Quiero pedir audiencia con los reyes, a ser posible -respondí.
Ella me miró como extrañada, aunque, acostumbrada a la belleza de sus señores, sabía a qué clase de audiencia me estaba refiriendo.
- Veré a ver qué puedo hacer -me respondió con algo de temor en el rostro, y marchó.
Yo me senté en una de las butacas de la salita y simplemente esperé.

Las noches sin sueño se habian hecho insorpotables ultimamente, no habia mucho que hacer. Sali de mi cuarto y me quede un rato rondando por los pasillos del casillos.
Note que en realida era noche, fui a la recepcion a despedir a la humana que estaba como recepcionista.

Cuando ya me acercaba a la recepcion, senti el aroma de una vampiro desconocido, ¿de quien podria tratarse?, ¿Acaso seria algun enemigo?
Me preocupe por la pobre humana que ahi se encontraba, aunque no creía que le llegara hacer daño, no pueden.

Llegue caminando tranquila y mire a la vampira que ahi se encontraba, se me hacia conocida, seguro era alguna vampira que habria ido a visitar a los Volturi.
Me fui directamente con la humana, le agarre la cara y la mire a los ojos.
Nu avem nevoie de tine. Du-te acasă. Totul este un vis.- le dije con una dulce voz usando mi poder(P.D: Es Rumano el idioma). Le sonrei amablemente y la diriji a la salida, volvi al escritorio de la recepcion, me sente y cruze la piernas viendo a la vampira que se encontraba frente mio.

Bienvenida señorita ¿que se le ofrece?- le sonrei amablente, trate de recordar quien era, talves asi sabria mas de ella

Miré de arriba a abajo un par de veces a la nueva chica que se había sentado como recepcionista. Aunque esta no era una humana, sino una vampira.
La miré de arriba a abajo un par de veces. Me dio la sensación de que la había visto antes... Entonces me acordé. Ahora tenía un aspecto más grácil dada su condición de vampiresa, pero era ella, seguía siendo su olor -un poco más refinado y ya no tan tentador-.
- ¿Gianna? -pregunté, despacio. No había podido conocerla muy a fondo, apenas un par de años de entrar ella junto a los Vulturis, yo marché de la guardia.

Despues de haberme sentado en la recepcion y ver a la vampira que recien habia llegado ahi y preguntarle que queria. Ella me miro de forma extraña, al parecer si la conocia, seguro seria de esos vampiros que iban todo el tiempo al castillo Volturi.

- si, ese es mi nombre¿Que se le ofrece? Dije mirandola interesada por saber que hacia aqui. Seguro a mucho vampiros les iba a empezar extrañar que yo, despues de tanto tiempo conlos Volturi, sea una Romanof

Clavé mis ojos en ella. Dios mío, quién lo iba a decir. La humana recepcionista de los Vulturi acaba formando parte de... ¿la guardia rumana? Sonaba a chiste. Pero lo cierto era que Gianna no les debía nada a los Vulturi. Todos en la guardia conocíamos el destino de aquellos humanos que trabajaban para nosotros: tenían esperanzas de terminar formando parte de la familia como un vampiro más, pero al final les dejábamos secos. Probablemente, habrían pasado de ella, como los demás empleados, y los rumanos la habrán vampirizado aprovechando que los Vulturis, en su día, pasaron de ella. Un plan inteligente.
- Quisiera pedir audiencia con sus señores -contesté, y añadiéndole algo de mayor cortesía a mis palabras, dije-, si es posible -aunque quizá mis aires soberbios no lograban el efecto deseado.

Mire a la vampireza que estaba frente mio, que aunque no la recordaba ella a mi si.
Me estaba pidiendo audiencia para ver a los nuevos reyes, quien lo diria.
Lamentablemnte ellos ahora no se encuentran.
Me pose con los codos en el escritorio y la cabeza recargada en mis manos, la mire fijamente, algo en ella no me cuadraba

¿Si se puede saber para que?- le dije un tanto apatica.

Solté una maldición por lo bajo. Por lo visto, tendría que esperar.
Aunque la situación parecía sacada de un chiste malo. La antigua recepcionista Vulturi, vampirizada y formando parte de la guardia rumana. Y la antigua miembro de la guardia Vulturi... aquí.
- Quiero... -me planteé si decírselo o no, después de todo iba a ser la realeza rumana quien decidiera si formo parte de este embrollo o no. Pero a estas alturas necesitaba decirselo a alguien-. Quiero ser una de vosotros -procuré sonar lo más neutral posible.

Le mire sorprendida por su respuesta, aunque de alguna manera lo esperaba.
quite aquella cara y volvi a la seriedad, lo mas importante ahora era saber
que tipo de planes ella tendria.
-¿Puedo saber la razon, cariño?- dibuje una sonrisa en mi rostro, aunque ella era una desconocida, no era razon para tratarla mal, seguro seria un buen apoyo para la guardia.

Arrugué una ceja.
- Quizá os viniera bien tenerme en vuestras filas -comenté, como quien no quiere la cosa-. En su día les fui muy útil... a ellos. Y les conoces. Sabes que no van a quedarse de brazos cruzados. Su venganza será inminente. Y quién sabe... lo mismo podría daros ayuda importante -añadí, aunque aún no había respondido del todo a la pregunta.

La mire un poco insegura. Empeze a recordar quien era ella, claro eso fue ya hace años. Una antigua vampira de la guardia la cual se fue cuando yo empezaba a mis corta edad de 15 Años. Se veía decidida a entrar a la guardia, aunque aun no me daba una respuesta muy concrea a mi pregunta. Solo me quede callada por un rato.

Me quede pensativa a lo que decia, dspues d un rato voli a la normalidad, no podia quedarme asi quita solamente. Me lenvate y me diriji a donde ella se encontraba
-¿Por que te nos quieres unir?- la mire con ojos amables esperando su respuesta.

Me encogí de hombros, algo pensativa.
- La vida de nómada resulta aburrida muy a menudo -comenté-. Pienso que estaría bien volver a formar parte de un aquelarre y serle útil a alguien. Y más aún si comparto propósitos con esos alguien.

Ella parecia ser sincera a lo que decia, se merecia una oportunidad
a la puebra para entrar al alquerral, seguro terminaria siendo una buena
"adquisicion", si ya estuvo con lo Volturi una vez.
la mire indiferente y con un tono inexpresivo.

- bueno, te podriamos hacer una prueba para ve si puedes entrar, pero...-
clarosiempre debe haber algun problema- yo puedo evaluarte a mi opinion, pero a quien debes copnvecer es a los reyes

Sonreí satisfecha. Tenía motivos de sobra para convencerles de mis propósitos. No había venido aquí sin saber nada; los Volturi ya en su día me pusieron a prueba.
- Me someteré con gusto a las pruebas que hagan falta -respondí realizando una media reverencia-. Simplemente debéis decirme qué hacer -añadí mirándola llena de convencimiento.